Guachochi, Chih.- Con la presencia de más de ocho mil indígenas tarahumaras, guarojíos, pimas y tepehuanes de la sierra chihuahuense Enrique Peña Nieto, candidato de la coalición Compromiso por México (PRI-PVEM) , se comprometió a erradicar la pobreza alimentaria en la que padecen más de 15 millones de mexicanos.
Luego de recibir el “bastón de mando” que le otorgaron las cuatro etnias, y ataviado con vestuario propio de la región, Peña Nieto firmó su noveno compromiso con la fe de Notario Público en su tercer día de campaña para alcanzar la Presidencia de la República, aseguró que durante su administración presidencial, de ganar las elecciones del próximo 1 de julio, cumplirá el compromiso de acabar con la precariedad alimentaria de millones de mexicanos.
“No más hambre, no más pobreza” exclamó el candidato priísta frente a los indígenas que colmaron el escenario, portando sus tradicionales vestimentas llenas de colorido.
Acompañado de su esposa, Angélica Rivera de Peña, puntualizó que las carencias y el hambre de tantos compatriotas significan una deuda mayor, un enorme lastre que se ha agravado durante los recientes gobiernos y que resulta impostergable atender y resolver.
Expresó que impulsará las acciones necesarias para la eliminación de la pobreza alimentaria, y para la mejoría de la calidad y ampliación de la infraestructura educativa del país, de la cual suscribió ayer en Chiapas el compromiso respectivo.
Éste fue refrendado frente a los indígenas ahora de las cuatro etnias tarahumaras, quienes escucharon del candidato presidencial priísta su compromiso con la educación para todo el país, porque nos permitirá un desarrollo con justicia que conduzca al país a lograr condiciones de igualdad.
Advirtió que al asumir la presidencia de la República, el suyo no será un gobierno atrás del escritorio, sino que tendrá carácter itinerante, lo que le permitirá estar cerca de la gente y gobernar a su lado.
Lo anterior fue una respuesta al discurso de bienvenida que le dio, a nombre de la comunidad tarahumara –rarámuris y mestizos-, la gobernadora de una de sus etnias, Rosalba Loya García, quien le pidió que estableciera su oficina en esta sierra.
“Esperamos que la sierra tarahumara se convierta en la oficina del Presidente de México”, le había dicho previamente.
Ella misma, en su oportunidad, le dijo a Peña Nieto que “nuestro hogar, que es esta sierra hermosa”, ha sido reciéntemente motivo de discusión, polémica y de muchos discursos políticos a nivel nacional y en el mundo, por la condición de hambre de los tarahumaras.
“Estoy segura que el gobierno quiere ayudarnos, pero no sabe cómo. Cuando la falta de alimento nos cala, miramos alrededor y de ahí bajan a veces despensas y los sarapes llenos de propaganda del gobierno federal. Ojalá nos llegara todo lo que anuncian y presumen”, puntualizó.
Le dijo al candidato: “esa caridad la agradecemos, pero ya no la queremos. Nos enseñaron a estirar la mano, pero esa humillación es como una maldición que nos hace ver como inútiles y cada vez más pobres”, continuó.
Con rostro que reflejaba pesadumbre, la gobernadora tarahumara agregó que los programas asistenciales “hoy demuestran que no sirven de mucho, sólo han prolongado nuestro dolor y atropellado nuestra dignidad, haciéndonos dependientes”.
Y concluyó: “nosotros no queremos más apoyos temporales, sino programas que hagan crecer nuestras vidas y nos permitan ser dueños de nuestro destino. Queremos seguir viviendo en nuestras montañas, en medio de nuestros bosques y la belleza de nuestras inmensas barrancas; no como esclavos o sin destino en las banquetas de las ciudades buscando korima, que significa “comparte algo de lo tuyo”.
En el evento, también intervino el gobernador del estado de Chihuahua, César Duarte, quien aseguró que el candidato de la coalición Compromiso por México, conoce la problemática que afecta a la entidad, por lo que garantizó que será un presidente que apoyará la causa chihuahuense.
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