Toluca, Méx.- El derecho a la libertad religiosa, consagrado en el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, forma parte de los cimientos de la cultura del respeto a los derechos fundamentales, y su importancia descansa en el hecho de que toda persona tiene la libertad de creencia, que implica pertenecer, cambiar de religión y manifestarla individual o colectivamente, ya sea a través de la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia, aseveró Marco Antonio Morales Gómez.
Al encabezar el foro “Derechos Humanos y Minorías Religiosas”, evento al que acudió Jalal Kalantari, embajador extraordinario y plenipotenciario de la República Islámica de Irán, Morales Gómez detalló que todas las personas, sin distingos de creencia, religión, raza, género, preferencia sexual o estado civil, tienen los mismos derechos gracias a la dignidad que nos asiste.
El presidente de la Defensoría de Habitantes del Estado de México, recalcó que la dignidad significa excelencia única, realce ante los demás y que referida a la persona, es un atributo en virtud que resalta los valores de libertad, justicia, veracidad, honestidad, tolerancia y pluralismo.
Comentó que la libertad para profesar la creencia religiosa que consagra el artículo 24 constitucional, implica la práctica de ceremonias, devociones o actos de culto respectivo siempre que no constituyan un delito o falta penados por la ley y señala que el Congreso no podrá dictar leyes que prohíban religión alguna.
“Es importante referir que el reconocimiento de la personalidad jurídica de las iglesias constituyó un elemento indispensable para que la libertad religiosa fuese real y efectiva en nuestro país, dando cobijo a las personas para practicar la creencia de su preferencia o incluso de no practicar alguna”, dijo.
Ante el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, Jorge Traslosheros Hernández, quien dictó la conferencia “Fundamentos socio-históricos de la Libertad Religiosa y el Estado Laico”, el ombudsman mexiquense aseveró que las creencias religiosas y sus prácticas de culto son un componente fundamental de nuestra sociedad; y deben favorecer el sano desarrollo de nuestras comunidades para salvaguardar así la dignidad y el valor de la persona, como una condición necesaria para desplegar el resto de todas las libertades y derechos fundamentales.
Al mismo tiempo, Morales Gómez reconoció al Consejo Ciudadano para la Prevención y Eliminación de la Discriminación, por abordar un tema poco tratado, de difícil reflexión, interpretación y aceptación, “pero que forma parte de nuestra vida, de lo cotidiano, de nuestro interior y por ello es importante”.
Por su parte, Efrén Cruz Rico, integrante del Consejo Ciudadano para la Prevención y Eliminación de la Discriminación, y representante de las minorías religiosas, comentó que en la actualidad en México sigue habiendo persecución religiosa de alta o baja intensidad entre grupos de creencias distintas.
Subrayó que la religión es importante para el propio bien de las sociedades y el desarrollo de las democracias; además de que las perspectivas religiosas son fuentes morales importantes que pueden contribuir de forma significativa en la profundización de una cultura democrática.
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