lunes, 3 de diciembre de 2012

La Capilla Exenta, recuerdo de la evangelización en Toluca

Toluca, Méx.- La actual Capilla Exenta, construida en el año de 1729 y que se ubica en la Plaza Fray Andrés de Castro, representa el único espacio que se salvó de ser demolido, de la Sacristía del Convento Franciscano de la Asunción, destruido en su mayor parte durante el siglo XIX por diferentes razones, y restaurado hasta el año CL, en el aniversario de la fundación del Instituto Científico y Literario en 1978, reseñó el Vicecronista de Toluca, Gerardo Novo Valencia.

La recuperación, a cargo del arquitecto toluqueño Víctor Manuel Villegas, permitió que ese espacio se convirtiera en sede de actividades académicas, civiles y culturales, a pesar de la pérdida de sus retablos de estilo churrigueresco, cuya obra fue realizada por Felipe de Ureña, quien tenía el cargo de Maestro Mayor de Arquitectura, Carpintería y Ensamble, quien la dibujó, construyó y dirigió.

Novo Valencia resaltó que durante el proceso de recuperación, Villegas escribió el libro Churrigueria y Felipe de Ureña en Toluca, en donde se describe de forma amplia el desarrollo y edificación de la sacristía; santuario que fue dirigido por los religiosos franciscanos Antonio Díaz del Castillo y José Cillero, este último nacido en la ciudad de Burgos, España al igual que Fray Andrés de Castro, uno de los principales evangelizadores del Valle de Toluca.

Al ser bendecida en el año de 1729, la Capilla Exenta fue exaltada de forma desmedida y considerada como la octava maravilla del mundo, aludiendo a las siete maravillas de la antigüedad, dado que la construcción que reproduce la planta alta de la ermita madrileña de Santa María del Puerto, obra de Pedro Rivera, discípulo de los famosos arquitectos de apellido Churriguera, explicó Novo Valencia.

Ese inmueble religioso se integra sobre una planta mistilínea, conformada por líneas rectas y curvas, donde el recorte libre permite a la cúpula ochavada embutirse dentro del contorno; la puerta principal era de dos hojas hechas en maderas preciosas: cedro nogal y tapincerán, adornadas bellamente, agregó el investigador.

En lo que respecta a los retablos a cargo del arquitecto español Benito de Churriguera, utilizó por primera vez la pilastra estípete, que en conjunto con elementos góticos y platerescos género un cambio en ese estilo para imponerse durante ese siglo como barroco churrigueresco o churrigueresco. Por los trabajos de restauración, se colocaron placas conmemorativas en el interior del inmueble alusivas a Lorenzo de Zavala, Francisco Modesto de Olaguibel, Mariano Rivapalacio y más recientemente, a la Universidad Autónoma del Estado de México.

0 comments:

Publicar un comentario